En septiembre del 2015, todos los Estados Miembros de las Naciones Unidas aprobaron 17 objetivos como parte de la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible, en la cual se establece un plan para alcanzar dichos propósitos en 15 años.
Los ODS son un llamado universal para erradicar la pobreza, proteger el planeta, mejorar las vidas y las perspectivas de las personas en todo el mundo, y todos estamos llamados a portar nuestro granito de arena para cumplir las metas específicas de este proyecto.
Según informó la ONU, actualmente, se está progresando en muchos lugares, pero, en general, las medidas encaminadas a lograr los ODS todavía no avanzan a la velocidad ni en la escala necesarias. De hecho, en el 2019 esta organización anunció que si le damos la espalda al planeta, “dentro de 30 años ya no tendremos dónde vivir”. Por esto, el 2020 marcó el inicio de una década de acción ambiciosa a fin de alcanzar los Objetivos para el 2030.
Ahora, cuando el cambio climático amenaza con la vida de los bosques, fuentes hídricas y de millones de especies alrededor del mundo, urge que los seres humanos respondamos a esta crisis desde las diferentes áreas del conocimiento, y esto repercutirá en la forma en la que gestionaremos los recursos naturales, cada vez más frágiles.
La coyuntura exige que seamos capaces de descubrir cómo devolverle la vida a los ecosistemas terrestres y acuáticos; que proteger a las especies sea por fin la prioridad de todos, que los pulmones del mundo, como el Amazonas, jamás vuelvan a ser víctimas de la industrialización.
El reto es grande, porque más allá del desarrollo en sí, debemos velar porque este sea equitativo y justo; que la modernidad toque a todas las puertas y transforme la vida de todos los seres humanos.
Es necesario innovar con procesos de producción más limpios, fortalecer la relación entre empresa y comunidad; desarrollar productos cuya vida útil sea más larga y su degradación no tome cientos de años.
Esta es la responsabilidad social que debemos asumir: darle vida a un ciclo económico en el que la calidad del aire, de los mares, de nuestras selvas y bosques y la existencia de nuestras comunidades sean la meta y el motor que impulsan cada decisión que se tome desde la industria, desde la política, desde la ciencia, incluso desde antes de que nazcan nuevas empresas y nuevos modelos de negocio.
El reto es para todas y cada una de las personas que habita la tierra, pero hay muchas esperanzas puestas en los jóvenes que están descubriendo una vocación y para los que siendo ya profesionales no dejan de preguntarse cómo ayudar.
Nuestra responsabilidad como Universidad Transformadora es entregarle a la sociedad y a la vida profesionales que procuren un planeta seguro y próspero; líderes que descubran soluciones para mejorar el futuro.
Te invitamos a conocer los Objetivos de Desarrollo Sostenible para Colombia 2030 y a repensar cuál es tu papel en este proyecto que nos involucra a todos.