Innovar en la Educación: una apuesta clave para los colegios

Innovar en un mundo de constante transformación resulta indispensable y retador, especialmente cuando hablamos de la educación de niños y jóvenes en entornos escolares. La sociedad demanda nuevas habilidades y capacidades que han llevado a las instituciones educativas a reflexionar si desde su quehacer están brindando a los estudiantes las herramientas correctas para aplicar los aprendizajes en contextos reales, donde tienen que ponerlos en práctica para resolver problemas y gestionar sus proyectos de vida.

Para responder a estos cuestionamientos, un equipo de investigadores del grupo “Desarrollo Cognitivo, Aprendizaje y Enseñanza”, de la Pontificia Universidad Javeriana Cali, realizó un análisis de la innovación educativa en la institución San Francisco Javier de Pasto. Los directivos del colegio, interesados en evaluar las estrategias implementadas desde hace más de siete años, contactaron al equipo javeriano quienes pusieron a su disposición su conocimiento y trayectoria en pro de este objetivo.

La innovación educativa se define como un proceso de cambio intencional que busca transformar la práctica pedagógica, para contribuir al mejoramiento de los procesos de aprendizaje de los estudiantes, para ir más allá de memorizar contenidos y compartirlos de vuelta con los docentes. – Señala Tatiana Rojas, investigadora principal del proyecto y directora de la maestría en Educación de la Universidad. No obstante, el concepto ha sido reducido a la inclusión de tecnología lo cual según los investigadores “hace parte de la innovación, pero no es la única forma de implementarla en los entornos educativos”. De esta manera, el análisis de la innovación educativa en la institución jesuita San Francisco Javier de Pasto se centró en varias categorías, utilizando información de observaciones de clase y encuestas a profesores y padres de familia. Los estudiantes reportaron sus percepciones en el momento en que se hacia la actividad de clase, no sobre el recuerdo de ella. Les hicimos preguntas como: ¿qué tan interesante es la clase?, ¿qué tan retadora es?, ¿te ves usando lo que aprendes en esta clase fuera del contexto escolar? Entre otras – Enfatizó Solanlly Ochoa, investigadora del proyecto.

El rol activo de los estudiantes

Los resultados arrojaron que una de las formas de innovar en el colegio es a través del fortalecimiento del trabajo colaborativo entre estudiantes, los cuales adquieren un papel más activo y se involucran con la realidad social; desarrollando proyectos en los que aprenden y aportan soluciones en contextos comunitarios. Estas prácticas, que podrían considerarse propias de los entornos universitarios, también son aplicables en los escolares y proporcionan a los niños y jóvenes aprendizajes significativos que pueden aplicar en diversos contextos.

Este tipo de procesos también proporcionan la integración curricular, pues los estudiantes no ven materias por aparte, sino que involucran varias de ellas en el desarrollo de un proyecto integrador. Por ejemplo, en una iniciativa donde se estudian las artesanías de Nariño, los estudiantes integran saberes de las matemáticas para analizar el impacto económico de esta actividad cultural y la historia para conocer sus orígenes. De esta manera, los estudiantes descubren la aplicabilidad de lo que aprenden y desarrollan la habilidad de aplicarlo en diversos contextos, yendo más allá de una respuesta simple o concreta.

Otro de los resultados que encontraron los investigadores se relaciona con la inclusión de los padres de familia en el proceso formativo de los estudiantes, los cuales no solo van al colegio a recibir las notas, sino que se involucran en los proyectos aportando desde sus conocimientos y experiencias personales y/o profesionales. Los padres entrevistados expresaron que sus hijos habían desarrollado mayor responsabilidad con sus actividades académicas y que se les notaba un mayor entusiasmo en relación con la escuela.

A mayor acompañamiento, mejores calificaciones

El equipo de investigadores javerianos evidenció que en la institución educativa se les brinda a los estudiantes un acompañamiento integral, que no solo es pedagógico sino también emocional. Los profesores se involucran con los estudiantes más allá de los contenidos y esto finalmente se refleja en que obtienen mejores calificaciones. Si bien el colegio califica a sus estudiantes, el objetivo final del proceso formativo no se reduce al valor numérico.

No obstante, este modelo de innovación educativa podría resultar poco favorecedor para presentar exámenes estandarizados que se centran en contenidos y que promueven un aprendizaje más memorístico. Por esta razón, los investigadores señalan que a futuro es necesario seguir indagando respecto al impacto de esta clase de innovaciones en su desempeño en pruebas como la SABER o PISA, para desarrollar nuevas metodologías de evaluación de la innovación educativa.

Más allá del héroe individual, una apuesta institucional

Una de las conclusiones del trabajo señala que para que los colegios integren prácticas de innovación educativa es necesario que haya toda una apuesta institucional detrás en la que se inviertan recursos, tiempo y esfuerzos orientados a este objetivo. Detrás de la innovación educativa hay una institución atrás apoyando. Si no hay voluntad y un horizonte desde las rectorías y direcciones, no funciona. Innovar es costoso en tiempo, dinero, aprendizaje – Enfatiza el investigador Alexander Tovar. De lo contrario, la práctica de la innovación termina siendo un esfuerzo de pocos profes, que trabajan solos de manera casi “heroica”. Por eso, una de las prácticas que es necesario fortalecer en las instituciones es el trabajo colaborativo entre profesores, para generar propuestas robustas donde se integren diversas áreas.

Por otro lado, los investigadores recomiendan a las instituciones apuntar a la construcción de “comunidades de aprendizaje” en los que se compartan experiencias y proyectos conjuntos entre los colegios de ciudad. Estas comunidades posibilitan la generación de espacios de reflexión permanentes en los que se evalúan las prácticas pedagógicas.

Zonas grises

Al analizar la innovación educativa que realiza el colegio San Francisco Javier de Pasto, en relación con las prácticas pedagógicas convencionales de otros colegios, los investigadores concluyen que todavía hay “zonas grises”, pues la mayoría de los colegios integran propuestas innovadoras que todavía preexisten con las materias tradicionales y los contenidos específicos basados en la memoria. Aún no existe un lineamiento por parte del Ministerio de Educación que incentive estas prácticas, por lo que sigue siendo una apuesta individual que depende de las apuestas de cada institución, su proyecto educativo y recursos disponibles.

_______________________________________________________________________________

Título de la investigación: Evaluación propuesta de innovación educativa Colegio San Francisco Javier de Pasto 

Investigadora principal: Tatiana Rojas Ospina

Coinvestigadores: Alexander Tovar, Solanlly Ochoa

Asistente de Investigación: Karen Leyton

Grupo de Investigación: Desarrollo Cognitivo, Aprendizaje y Enseñanza

Periodo de la investigación: 2021-2022