Conozca al estudiante de Administración de Empresas que triunfa en la natación

Podría decirse que el deporte ha salvado a Juan Manuel Morales dos veces. La primera, cuando era apenas un niño hiperactivo de ocho años y necesitaba de una actividad que le ayudara a quemar toda la energía que tenía acumulada. Así conoció la natación carreras, modalidad que ha practicado hasta ahora que ronda por los veinte.

La segunda, por allá en el 2017, cuando perdió a una persona especial que era su fuente de inspiración y motivación diaria, hecho que tuvo que sobrellevar mientras se recuperaba de una rotura parcial del supraespinoso, un mal que afecta al hombro.

Ambas situaciones impidieron que se desempañara al cien por ciento en los Juegos Olímpicos de la Juventud Buenos Aires 2018, un certamen que para él era importante y en el que “esperaba brillar”. Y pese a que cree que ese año fue una pérdida a nivel deportivo, asegura que en cuanto a experiencia ganó mucho más. “Maduré mentalmente y pude salir adelante gracias a la ayuda de mis papás y de psicólogos”.

Poco tiempo después sintió que las cosas empezaron a mejorar. “Dios me dio una segunda oportunidad y el 2019 fue mi año”, expresa orgulloso. Y no es para menos, se coronó campeón en todos los eventos en los que tuvo oportunidad de participar, batiendo récords en los 200, 400 y 800 metros libres. “Ese fue mi chance para clasificar a los siguientes Juegos Olímpicos que se realizarán este año”.

Para Juan Manuel, estudiante de segundo semestre de Administración de Empresas, esa es la competencia más significativa, puesto que es la oportunidad que tiene de medirse con deportistas de todo el mundo. “Es algo muy bonito e increíble”.

En sus doce años de experiencia como nadador se ha convertido en campeón suramericano juvenil y de mayores, y ha pertenecido a varias selecciones Valle y Colombia.  

Por estos días se prepara para obtener el cupo definitivo de los Juegos Olímpicos 2021 que tendrán lugar en julio, por lo que está fortaleciendo su cuerpo, pero también su mente.

“La mentalidad es lo más poderoso que hay. Me puedo preparar al 200%, pero si tengo una mente débil, no lo voy a conseguir. Tampoco se trata de no entrenar y convencerme de que voy a ganar y ya. Es un equilibrio, pero la mente controla todo, tu cuerpo, todo. Es importante ser positivo, estar siempre con las ganas puestas y ser muy dedicado”, explica.

Precisamente esa dedicación es la que le ha permitido marcar la diferencia no solo como nadador profesional, sino como estudiante. Cuando era un niño aprendió a entrenar en las madrugadas para ir al colegio hasta las tres de la tarde y volver a las piscinas de cuatro a siete de la noche. Reconoce que nunca fue fácil hacer ambas cosas y cumplir a cabalidad, pero señala que no es imposible.

“Siempre tuve claro que el deporte me ayudaría en el tema de la salud y que me evitaría caer en malos caminos. Así que mientras pudiera, quería ser el mejor. Mi elección siempre fue el deporte sin dejar atrás el colegio”.

Hace un año empezó sus estudios profesionales y nada de su postura ha cambiado. Por ahora la virtualidad a causa de la pandemia del Covid-19 le ha permito jugar con los tiempos para ir a los entrenamientos sin faltar a clases. Sin embargo, espera que las cosas se normalicen pronto porque añora vivir la experiencia universitaria por completo.

Dice que optó por estudiar Administración de Empresas porque los números es lo que mejor se le da y quiere convertirse en inversionista en unos años y tal vez emprender. “Yo quiero crear algo nuevo y mantenerlo en el tiempo, por eso es clave tener conocimientos en este campo para no fracasar en el intento”, puntualiza.

Escogí la Javeriana Cali porque sé que es la mejor en Administración de Empresas en la ciudad; además, apoyan mucho al deportista y sé que tendré el respaldo.